Radicantes en pandemia

La pandemia afecta directamente a la proximidad de interacción de los cuerpos (esta es una de las premisas fundamentales del ciclo). Nos planteamos ¿cómo transformar esas prohibiciones en posibilidades?

Cómo podíamos hacer que un cuerpo siguiera afectando a otros cuerpos desde las nuevas maneras de percibir

¿Cómo podíamos seguir creando y para qué seguir creando?

Mediante el laboratorio podíamos fomentar el pensamiento crítico desde la práctica de cuerpo y compartir los procesos creativos con los públicos.

Como no podíamos habitar el espacio del museo, sacábamos el cuerpo del museo, una práctica que se ha ido desarrollando en muchas de las propuestas anteriores de radicantes que salían expedidas del museo por voluntad propia, traspasaban los límites.

Para nosotros el contexto es fundamental en el contenido de lo que hacemos, el qué está absolutamente determinado por el dónde, hasta tal punto que el qué no tiene sentido sin el dónde. La danza, la performance las prácticas de cuerpo pueden desarrollarse en cualquier lugar, pero los lugares son espacios cargados de significados que alteran y producen otros significados a lo que se hace en ellos, al tiempo que lo que se hace produce y genera otros significados al propio museo. Esa interacción es lo que buscamos con radicantes, que tiene un nombre botánico por la capacidad del ciclo de extenderse de afectar y afectarse. 

Por eso necesitamos volver al museo, de ahí la acción colectiva y ver qué experiencias distintas produce esa interacción de estos mismos cuerpos desde la virtualidad a lo corpóreo.

Nada se da por hecho porque nada se da por imposible.

Participantes: Olga Diego, María Muñoz

Conversación online entre Olga Diego y María Muñoz. Radicantes 2020